Es extraño que cuando uno hable de la facultad aparezcan historias de las mas diversas, ahora lo realmente llamativo es que todas tengan un trasfondo burocratico.
Sera que ya en la facultad uno empieza a vivir la burocracia tortuosa como una suerte de acostumbramiento penoso.
No quiero atormentar con este tema ni que nadie me de la razon, pero me parece que habria que reflexionar sobre como uno se acosumbra a vivir superando trabas inutiles, que de no existir harian mas grato y facil la vida.
Para terminar mi primer post querria dejarles un cuento que explica muy bien como funciona la ridicula burocracia.-
Eduardo Galeano
La burocracia/3
Sixto Martínez cumplió el servicio militar en un cuartel de Sevilla. En medio del patio de ese cuartel, había un banquito. Junto al banquito, un soldado hacía guardia. Nadie sabía porqué se hacía la guardia del banquito. La guardia se hacía porque se hacía, noche y día, todas las noches, todos los días, y de generación en generación los oficiales transmitían la orden y los soldados la obedecían. Nadie nunca dudó, nadie nunca preguntó. Si así se hacía, y siempre se había hecho, por algo sería.Y así siguió siendo hasta que alguien, no sé qué general o coronel, quiso conocer la orden original. Hubo que revolver a fondo los archivos. Y después de mucho hurgar, se supo. Hacía treinta y un años, dos meses y cuatro días, un oficial había mandado montar guardia junto al banquito, que estaba recién pintado, para que a nadie se le ocurriera sentarse sobre la pintura fresca.
sábado, 7 de julio de 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)

3 comentarios:
Estoy segura de que si hay alguien que sabe sobre locuras, delirios y demás yerbas, ese es ud: amigo Pupyn!!!
Inquietante verdad con la que inaugura su blog, creo que todos debemos llamarmos a una profunda reflexión.
Adelante, por sobre las tumbas...
Un gran abrazo y felicitaciones!!!
A ver si te tiras alguna publicacíon de vez en cuando, y de paso: abrite al mundo, permití que puedan dejarte comentarios anónimos.
Con profunda admiración y aprecio, su amiga
Publicar un comentario